Tuxtla Gutiérrez, Chiapas. 01 de septiembre de 2016. Parte de la
ofensiva gubernamental de desprestigio contra el movimiento magisterial ha sido
ridiculizar la denuncia social sobre la presencia de infiltrados en las
distintas acciones de protesta que la Coordinadora Nacional de Trabajadores de
la Educación (CNTE) ha realizado. En este sentido, desde los medios de
comunicación han buscado, por medio de la burla reiterada hacia la denuncia,
invalidar el argumento. Como si el hecho de ser un “hecho trillado” le quitara
su veracidad.
Acostumbrados como están a que su lenguaje sea el elogio a lo
efímero, creyeron que calificarlo de repetitivo lo haría inexistente sin darse
cuenta que ellos no presentaron jamás otro argumento que la burla “trillada”.
Y sin embargo, infiltrados iban y venían durante las marchas y los
bloqueos e incluso acciones vandálicas sin que hubiera acción magisterial de
por medio, como la quema de oficinas de la Secretaria de Educación, entre otras.
Y que una y otra vez fueron denunciados
y eventualmente, presentados ante la prensa. Y el Estado lo siguió negando
.
.
El pasado 26 de agosto, durante la marcha por la exigencia de la
aparición con vida de los 43 normalistas de Ayotzinapa, nuevamente se detectó a
otro infiltrado: un militar de (supuesto) nombre José Luis Baldizon Aranda, su
función era enviar información al gobierno pero no era la primera vez que se
infiltraba, ya que tenía datos de otras manifestaciones de la CNTE:
Ø
Reportes sobre horarios y cantidad
de personas en las manifestaciones
Ø
Fotos panorámicas y detalle de
las acciones, así como de personas en particular,
Ø
Videos de marchas y bloqueos,
Ø
Croquis marcando caminos
alternos a los bloqueos, en algunos de ellos destaca punto como Berriozabal y Ocozocuautla.
Ø
Caminos alternos para el desplazamiento
de los federales
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