Tuxtla Gutiérrez, Chiapas. 28 de julio de 2016. 75
días de plantón no es cualquier cosa. Y a pesar del respeto que merece este
largo camino de dos meses y medio de lucha, el Estado sólo vacila sin ofrecer
respuestas serias. Hay una clara estrategia de desgaste, no hay respuestas,
sólo largas a un problema que la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la
Educación (CNTE), la presenta de forma precisa y simple: abrogar la “reforma
educativa”
.
Si bien el gobierno se sienta a la mesa y presenta un discurso
conciliatorio, a través de sus medios masivos vocifera, una y otra vez, que no
hay nada que negociar. Hay una burla, un juego no sólo en el manejo del
lenguaje y del tiempo, también en la esperanza de la base movilizada. Pero esta
burla no sólo es hacia la CNTE, también es una burla al pueblo en lucha y a ese
pueblo que el poder denomina “auditorio”, “mercado”.
No es preciso ser especialistas para saber que si el
gobierno se ha sentado a negociar (muy a su pesar), significa que tiene que
ofrecer algo a la demanda de la CNTE que, ya se dijo, ha sido muy clara, sin
embargo, en fuera de la mesa, el gobierno le hace saber a tod@s que “la ley no
se negocia”, o sea, deja claro que va a la mesa para no negociar, sino a ganar
tiempo. El movimiento magisterial ha evidenciado ese tosco lenguaje: el
cinismo, propio del poder y su decadencia. Pero ha dejado en evidencia otras
cosas: el miedo de la clase gobernante a la movilización social y la patente
ineptitud de unos advenedizos empresarios-gobernantes.
Sentarse a negociar (o simular la negociación mientras en su
verdadera lengua, la mediática, diga otra cosa), y mantener ese espacio de
negociación, indica que los gobernantes no tienen la capacidad de establecer
otra forma de relación de dominio (aunque sea simulado) hacia la CNTE. De otro
modo habría “atendido” el problema de otras maneras sin recurrir a estas
instancias. Pero no ha sido capaz de eso, ni haciendo uso de la represión
policíaca, ni repitiendo la mentira a través de los medios masivos.
A esas armas, de por sí poderosas, le agrega ahora la
presión descarada de quienes verdaderamente gobiernan este (y cualquier) país:
la clase empresarial.
Las declaraciones de la Confederación Patronal de la
República Mexicana (COPARMEX), que en los últimos días han sido reiteradas, se
suman a una coyuntura que, presumiblemente, observan allá arriba: desgaste del
movimiento a dos meses y medio de lucha (represión policíaca + persecución
política + cansancio + desgaste económico + descrédito social del movimiento
derivado del permanente e intenso ataque mediático).
Es el momento para que, piensan ellos, puedan llevar a cabo
otra ofensiva represiva (ya sea través de sus múltiples cuerpos de represión,
grupos de choque, mecanismos “legales”, ONG´s a modo, etc.). Ha pasado más de
un mes después del ataque al pueblo de Nochixtlán, ha pasado un mes después de
la pausa que calcularon a través de las mesas de “diálogo-negociación”.
Entonces ¿Le apuestan a que es tiempo suficiente para el
olvido? Han apostado a dividir a la sociedad civil solidaria al magisterio con
campañas de odio y descrédito hacia l@s docentes; han apostado a dividir
internamente al movimiento (como siempre lo han hecho en esta y en otras
luchas); han apostado al cansancio y al miedo. ¿Cuál es, ahora, la estrategia
(si la hay)?, ¿el olvido y la indiferencia de la sociedad civil hacia la CNTE
para llevar a cabo las beligerantes órdenes de los patrones?
Si acaso es un tema de memoria, conviene que recuerden
(ustedes): Nochixtlán, donde el pueblo lejos de huir, enfrentó valerosamente a
policías y paramilitares; San Cristóbal de las Casas, donde el pueblo lejos de
acobardarse, recuperó el bloqueo y aumentó su rabia; San Juan Chamula, donde su
montaje, aunado a los años de la siembra de odios, hizo que todo se saliera de
(su) control.
El EZLN se los advirtió.
No, no entendieron.
La crisis que hoy prevalece es seria y muy compleja, pero en
nuestros territorios, a ésta también abona la ineptitud de los políticos y
empresarios que “gobiernan”.
“No puede sostenerse una mesa de diálogo con quienes, en
este mismo momento, siguen en las calles impunemente violando la ley”, asegura
Gustavo de Hoyos, titular de la COPARMEX. “El Estado mexicano pareciera estar
perdiendo la batalla frente a unos cuantos que violentan sistemáticamente la
ley”. No sabemos si el titular de esa patronal se refería a l@s maestr@s o a
los empresarios y políticos cuya historia de delincuencia, corrupción y
alianzas con el crimen organizado, no es un misterio para la población.
“Me parece que hemos aprendido del proceso. A lo mejor se
hubiera podido considerar antes de emitir las leyes, cuáles podrían ser los
diferentes escenarios de sus consecuencias. Eso es algo que no se hizo, y ahora
estamos aprendiendo”. Plausible que la especialista Sylvia Schmelkes (redactora
de facto de la reforma educativa), esté aprendiendo, sólo que es lamentable que
sea hasta ahora, después de tanta sangre derramada “en ese proceso”, que se le
ocurra sospechar que debió hacer, antes, lo que ahora le parece necesario hacer.
“No hay nada que tratar, no hay diálogo respecto a ninguna
reforma educativa porque esa reforma educativa le está ayudando al país, a los
jóvenes, a los niños, a los maestros, así que no hay que tratar nada respecto a
una reforma”. Si esto es lo que el Secretario de Gobierno, Osorio Chong, afirma
a los medios, ¿por qué sigue en una mesa de negociación que busca, justamente,
abrogar la reforma educativa?
Los patrones llaman minoría y delincuentes a las mayorías
que luchan por sus derechos (empleo y educación); los “intelectuales” de la
“reforma educativa” no son capaces de procesar información en una simple
entrevista, ni articular ideas sencillas para sus respuestas y vomitan
galimatías sorprendentes; los políticos son incapaces de generar argumentos, o
al menos disfrazarlos, para confundir al pueblo, como es su intención.
Ni en la beligerancia patronal de Hoyos; ni en la monserga
intelectual de Schmelkes; ni en la ineptitud y desvaríos políticos de Chong; o
en el farfulleo idiota de “comunicadores” tipo Dóriga, se vislumbran respuestas
serias hacia el digno movimiento de la CNTE, y sobre todo, al digno apoyo y
movimiento popular solidario. Allá arriba no hay méritos ni capacidades, las
únicas armas que poseen son la violencia y la mentira, el intelecto pasa desapercibido.
Esta clase gobernante empresarial-política pretende ganar
esta guerra (su guerra), sin presentarse a una sola batalla, sin blandir una
sola arma y con la violencia y la mentira como argumento. La apuesta al
cansancio, al error del otro, no a los méritos propios.
Hubo un tiempo en que los que gobernaban era una clase que
ganaba y defendía, por la fuerza, sus títulos y su poder en los campos de
batalla. Hoy, sólo hay una pandilla de niños ricos heredando plazas que
“defienden” con las estructuras de represión, también heredadas, en batallas
desiguales a su favor. No hay un solo mérito entre esos que se desgañitan
alrededor de términos como: competitividad, honradez, eficiencia, éxito,
calidad, etc.
Y, aun así, tienen el cinismo de juzgar-para-reprimir a
quienes defienden sus derechos conquistados a través de largas luchas,
desiguales en su contra. inf.pozol.org
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